martes, 8 de diciembre de 2009

II ANIVERSARIO DEL BLOG POÉTICO (EPÍLOGO)

LA GARZONA DE IDA.


Copera de Venus

si no la misma surgida

de la espuma,

Ganímedes

hecho hembra, perversa

garzona de Ida.


Nos excedes la ambrosía,

el dulce fruto que exprimes

nuestra ilusión narcotiza

en demasía.

¡Oh ninfa!

La de los cabellos de oro.

La del añejo tequila.

Los guantes recortados

y mis dedos hacia ti

se inclinan.


La realidad me invita

a despertar,

a recordar tus rasgos

de copera divina,

maldita,

y mi furor, acumulado,

los errores lamenta

y vomita.


Estas circunstancias

siempre inspiran.

Dos años ha que lo vi.

Dos años ha que escriba

en este libro de amores,

en el libro de mi vida,

en el libro de la amarga,

como licor,

poesía.


Mi áurea copera,

mi mente está advertida.

Aura de hechicera,

repara mi mente ida.

Dulce escanciadora,

vuelve tus pasos

a Ida.


8/12/09

lunes, 7 de diciembre de 2009

II ANIVERSARIO DEL BLOG POÉTICO (Y 2)

II ANIVERSARIO BLOG POÉTICO.


El jueves pasado, mi profesor de Métrica y Retórica (dejémoslo en Métrica) y también crítico de poesía aventuró que entre sus alumnos, pocos, tenía que haber alguno que escribiera poemas, los cuales no tuviera muchas ganas de enseñar a su profesor. Acertó de pleno en ambos casos, se nota que ya ha tenido algunos ejemplos precedentes. Pero yo, que no intervine, de hecho sí es posible que le enseñe algunas de mis creaciones, más adelante. Eso sí, él ahora nos está mostrando las reglas de la métrica, y yo a mis poemas no los visto con más corsés que los que me vienen en gana: a veces riman, a veces no, y jamás me tomo la molestia de contar las sílabas… Eso sería absurdo, contrario a lo que yo entiendo por poesía, una especie de torrente que se desborda desde las simas más internas de mi personalidad, y no un mero ejercicio de estilo para que lo aplaudan otros.

Hace dos años, motivado quizá por la resaca del puente que ahora no me puedo permitir, inicié la aventura de crear un segundo blog, dedicado a la poesía, lo cual no deja de ser curioso pues hasta entonces no me había tomado ese terreno muy en serio. Mi vertiente más estable como poeta, que aún no me acabo de creer del todo, no comenzó hasta que inicié asimismo la carrera en León, y puede que ese hecho no sea una mera coincidencia. ¿Significa eso que antes no hubiera tenido motivos de inspiración suficientes como para ponerme a ello? Todo lo contrario. En retrospectiva, me es imposible enumerar la cantidad de momentos de los que una buena sensibilidad poética pudiera haber sacado maravillas.

Recuerdo ahora, por ejemplo, el año en que inicié Filología en Madrid, viviendo en una habitación de residencia lúgubre que hubiera sido marco idóneo tanto para crear relatos de terror, a lo Lovecraft, como para la lírica. Fue una época de gestación de grandes cambios, de afrontar grandes miedos, todo un caldo de cultivo para haber creado un poemario que, ya en la época de Ponferrada, hubiera venido a completar la tríada junto a dos de mis obras más queridas: en prosa, El diez por ciento, y, en guión, El ser reprimido. ¿Y desde entonces? Quién sabe, solo pienso ahora en los paisajes de San Francisco, por ejemplo, pero concluyo que las diferentes vías con las que nuestra inspiración se expresa no tienen por qué abrirse todas a un tiempo. Yo he sido lector de poesía, aunque irregular, y amigo de poetas, pero como poeta aún me cuesta abrirme al mundo por una razón bastante obvia: en los poemas pongo aspectos de mi ser que no me atrevería a poner de otra manera. Ahora bien, suelo esconderlos bastante, de modo que a veces ni yo mismo los entiendo.

El libro de los amores improbables se benefició al principio de que yo tuviera un piso franco, una guarida en la que poder alcanzar el grado de abstracción necesario para plasmar mi subconsciente. Luego de perder ese locus amoenus creí que dicho blog iría a languidecer poco a poco… Pero eso no ha sido así. Es cierto que ha habido meses de parón, pero el impulso poético es más regular ya en mí, y tanto las obras que descubrimos en clase como las que leo yo por mi cuenta me ayudan a sostenerlo. Y, aunque los escribo para mí, mi presunción de artista me ha forzado a mostrar algunos de esos poemas (por otra parte expuestos al público en el blog) tanto a amigos como a otras personas que les podrían dar una mayor difusión que la actual.

Lo que pueda suceder a partir de ahora no está claro. El estudio y los trabajos aparejados a esta carrera me impulsan a que siga recorriendo esta vía frente a la prosa o al guión, al menos durante el curso. Me gustaría, desde luego, que alguien más curtido en estos temas me diera una opinión lo bastante imparcial como para que me haga a la idea de si esto vale o no. Pero, ¿valor? Ese es un concepto muy subjetivo para la materia en la que nos movemos. Lo que se a ciencia cierta es para qué me vale a mí la poesía, a qué impulsos obedece y que me alegro de haberla descubierto tarde, pero no tanto. Desde este blog procuraré seguir colgando composiciones propias, de otros autores consagrados o no, y me encantaría también hacerlo con obras de amigos míos, pero quizá no conozca los suficientes en ese sentido, o los que conozco no quieren o no pueden contribuir a hacer de esto un espacio más colectivo. Sea como fuere, este libro os espera con las páginas abiertas.


7/12/09

viernes, 4 de diciembre de 2009

II ANIVERSARIO DEL BLOG POÉTICO (PARTE 1)

EL PUENTE.


El puente es un semicírculo

en el que los círculos linguales

se perdieron, anegados,

en los círculos lingüísticos.


El tren recorre los surcos de mi cerebro

justo, en este momento,

el del fantasmal, húmedo

reencuentro.

Ahora el masaje es inverso,

recorre la columna vertebral

hasta su nuclear centro.


Por mi propio bien me hundo en el cieno.

Os siento lejos, no tanto como quisiera.

Jugáis a estar en el colegio.

Y yo, desde mi cueva, abstinente observo.

Ya en la presumible nieve resplandece

el fulgor del áureo becerro.


Puente que lleva a ninguna parte,

a los atascos, los desatascos,

las lenguas vivas,

las lenguas muertas

y el salival dialecto del monte,

el metal

y su antiguo magnetismo.


Las nieblas de mi cabeza se disipan,

lo suficiente para recordar tu lecho.

Ese al que no quisiste volver…

No te extrañe ahora el no regreso.

La noche empieza para ti.

Yo me duermo.

Y no hay lágrimas, salvo

las que, metafóricas, vierto

en el libro de los amores improbables.


Puente,

¿qué arrastras debajo de ti?,

¿qué emerge en la superficie?

¿Algún ahogado?

¿Lo que en la noche se arroja?

La argamasa de todas las ilusiones,

eso te sostiene.

Mi senda te evita,

que tus aguas no muestren

el reflejo,

ese que tanto evito.

Que se disuelva en

el sueño.


Círculo,

plúmbeo te siento hoy.

¿A quién envolverás?

Diré que no me importa

y lo niego.

¡Lo niego!


4/12/09