LA IMAGEN.
Me sorprendiste al despertarme,
congelado,
insultante de ambigüedad y
encanto prohibido.
Te he visto antes de acostarme
ya real, crecido,
me abordaste.
Quizá debí guiarte.
Quizá saber más de ti,
para que fueras más que
una imagen.
Pero en eso te quedarás,
imagen,
como tantas otras que veo,
un segundo,
y me excitan,
y son pasto del olvido
hasta la próxima imagen.
Te olvidaré con el sueño,
que es mi mejor abrazo
cuando tal vez debiera estar
buscándote.
¿Para qué?
Quizá esa sea tu función,
ser imagen.
Nunca concretada.
Nunca poseída.
Si acaso, comprada.
Te recortaría,
para rozar el papel
sobre esos labios antinaturales,
que se dirían solo creados para
el beso.
Quizá peque de soberbia.
Otra imagen se me reserva,
la desdeñada,
la que recibo con la espalda.
Quizá no te merezca.
Es posible
que no te merezca.
Y quizá por eso,
(ironía),
algún día
te consiga.
16/10/10