domingo, 16 de octubre de 2011

DE OTOÑO, RUBÉN DARÍO.

Ya que he tenido tanta saturación de Rubén Darío, veamos qué opina sobre esta estación: 


DE OTOÑO.


Yo se que hay quienes dicen: ¿Por qué no canta ahora
con aquella locura armoniosa de antaño? 
Esos no ven la obra profunda de la hora,
la labor del minuto y el prodigio del año. 


Yo, pobre árbol, produje, al amor de la brisa, 
cuando empecé a crecer, un dulce y vago son.
Pasó ya el tiempo de la juvenil sonrisa:
¡Dejad al huracán mover mi corazón!


RUBÉN DARÍO.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Nueva etapa.

El otro blog ya ha cumplido cinco años. No es que a este, como hermanito menor, le preste bastante menos atención; al igual que el mayor, ha descendido el número de entradas. ¡Bueno! Aquí nos encontramos con dificultades adicionales, esa inspiración que no siempre llegua y esos poemas que leo en menor medida que la narrativa. De momento, puesto que en este curso me toca empollar varias generaciones seguidas, entre ellas seguro que algo aprovechable podré recoger aquí. Ahora mismo sufro un empacho de Modernismo. Mi profesor de Literatura es de la vieja escuela, la de los dictones, y Rubén Darío, gordo él, corre el riesgo de caerme de tal modo si no pasamos rápido de este período en la literatura española e hispanoamericana. 
De todos modos, creo que hay una verdadera razón para ignorar un poquito este blog. Es hora de pasar a otra etapa. Ya tengo un ramillete de poemas, no todos igual de logrados pero, precisamente, considero que ahora es momento de hacer una selección y, aunque pudiera parecer una contradicción en estos tiempos, ir haciendo el camino inverso hacia el papel, para componer un poemario (siempre es más fácil conseguir que te editen algo en ese estilo, como sea que no tengo el menor interés en pagar ni un euro). 
Así pues, tras la impresión de aquellos que no tengo en soporte físico, procederé a una selección, asesorado por mentes probablemente con mayor sensibilidad poética que la mía, de cara a juntar un puñado compacto, de estructura, si la tiene, aún no definida. Este espacio no echa el cierre pero, aunque nunca me he considerado un poeta genuino, quiero tener la tradicional sensación de sujetar con mis manos un poemario físico, incluso aunque no sea más que unos pocos pliegues grapados por la mitad. 
Nada está decidido, excepto el título, que sí sería el mismo que el de este blog. Vayamos para allá, en peores gestas me he curtido, y no creo que la crisis ahogue mi deseo de alumbrar un cierto número, quizá simbólico, de ejemplares.