domingo, 14 de octubre de 2012


NUNCA SERÉ GÓNGORA


De Góngora, solo el nombre.
¿Para qué más?
Todo ha cambiado.
La crisis actual no es la barroca.
La poesía ya no es lo que era.
Grecia de más noticias que mitos.
Ya no se estudia así.
Cinco alumnos analizando el Polifemo.
Ya no se versifica así.
Ya no se adula así.
Con todo, magnífica exposición.
Nunca seré como Góngora,
porque el corsé del soneto
apretaría los órganos de donde fluye,
apenas transformada,
esta poesía,
escasamente conceptista,
de un léxico asequible,
pero cuyo significado profundo
solo reside en esta cabeza,
(y a veces ni eso),
asaetada por el calor,
por los Ganímedes y Galateas
que jalonan mi camino.
Solo lo difícil es estimulante,
dijo Lezama Lima,
pero una estimulación rápida,
fácil y barata,
nos puede complacer por momentos.
Difícil es abordar
a solitarios degustadores del Arte,
como la (¿desubicada?) modelo del Thyssen,
difícil es esperarte,
ver si puedes otorgarme
lo que no he querido pagar.
¡Oh, ninfas, efebos, todo ese imaginario:
dejadme ser uno de vosotros,
transformado en estos tiempos oscuros,
que han olvidado las Letras,
que se revuelven en una compulsiva
masturbación de cifras,
que han olvidado a Góngora!   


21-7-12