domingo, 20 de septiembre de 2009

SODOMA DOS

SODOMA DOS

Sodoma del monte,
¿cuándo purgarás tus pecados?
Duro fue subir a la gruta,
alegórica sentina del vicio,
del fuego que nos consume
y amenaza con consumirnos en la impía ladera.
Oh, lujuria, única fuente de calor
aquella gélida noche de diciembre.
Oh, último círculo,
siempre vicioso.
Por dos veces me negué,
impúdico templo,
a regresar a tus muros.
A lo lejos observé tus bacanales,
reteniendo el magma que quiso hacerme explotar.
¿Volveré a ti, pérfida?
Me das la libertad
y me tiendes una celada.
Me ofreces tu amparo
y comercias conmigo.
Loteros somos,
y en bolas nos convertimos.
Y tu aparente disciplina,
en medio del libertinaje.
Cruel,
tiras a muchos en tu carrera.
Nave de la iglesia consagrada al falo,
al infértil órgano generador.

Sodoma dos.
Sodoma de la roca,
en tus establos aún se huele la sal.
Irónica ascensión aquella,
que no purifica,
la miasma cargada al hombro,
como símbolo punitivo de lo que las tinieblas ocultaron.

Cuando la luz del sol,
con dedo acusador,
nos reunió fuera de la muralla,
me alejé de vosotros.
Me sentía ajeno,
sentía un rubor aguijoneante,
de ajena y propia vergüenza.
¡Hipocresía!
Y me acerqué a ti,
que ahora estás lejos.
Quise quererte,
espíritus en direcciones contrarias
que nunca saben si convergen.

No quiero escribir poesía,
quiero vomitar poesía.
Querría ser el vate que augurara tu caída,
pero tal vez prefiera precipitarme con ella.

20/9/09

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