domingo, 15 de noviembre de 2009

EL CHICO QUE SOÑABA CON UNA CERILLA Y UN BIDÓN DE VASELINA.

EL CHICO QUE SOÑABA CON UNA CERILLA Y UN BIDÓN DE VASELINA.


Blanco sobre negro.


El astro adelanta su curso.

Reloj a destiempo.

Castigo a mi pecado alcanzo

con los rayos tempranos de Febo.

Ando, no ando.

No ando, sueño.

Estado de inercia me guía.

Había que hacerlo. Está hecho.

Ante la ominosa efigie

ni tuerzo ni desvío sendero.

Freno, observo

y pienso:

Todo empezó aquí.

Ni yo mismo lo recuerdo.

De buena gana entraría

a contar de dónde vengo.

Cantaría este romance

que no es romance, que es sexo.

Hablaría de lecciones

que quedaron con Morfeo.

Iríamos a la capilla

a rezar un Padre Nuestro

sin dar por mi salvación

más allá de medio euro.

Decidme vuestras predicciones

sobre mí. ¿No acierto?

Lógico, cuán errado estaba,

cuán errado, yo confieso.


Blanco sobre negro.


Abrasador soy, sí,

pero solo en cuento.

Si pasara como allí,

si controlara el fuego,

si me furia se encendiera

y dejara esto ardiendo…

¿Lo haría?

No, ya tengo lo que quiero.


15/11/09

No hay comentarios: