Me llamarán, nos llamarán a todos.
Tú, y tú, y yo, nos turnaremos,
en tornos de cristal, ante la muerte.
Y te expondrán, nos expondremos todos
a ser trizados ¡zas! por una bala.
Bien lo sabéis. Vendrán
por ti, por ti, por mí, por todos
Y también
por ti.
(Aquí
no se salva ni dios. Lo asesinaron).
Escrito está. Tu nombre está ya listo,
temblando en un papel. Aquel que dice:
abel, abel, abel... o yo, tú, él...
BLAS DE OTERO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario