NUNCA SERÉ
GÓNGORA
De Góngora, solo
el nombre.
¿Para qué más?
Todo ha
cambiado.
La crisis actual
no es la barroca.
La poesía ya no
es lo que era.
Grecia de más
noticias que mitos.
Ya no se estudia
así.
Cinco alumnos
analizando el Polifemo.
Ya no se
versifica así.
Ya no se adula
así.
Con todo,
magnífica exposición.
Nunca seré como
Góngora,
porque el corsé
del soneto
apretaría los
órganos de donde fluye,
apenas
transformada,
esta poesía,
escasamente
conceptista,
de un léxico
asequible,
pero cuyo
significado profundo
solo reside en
esta cabeza,
(y a veces ni
eso),
asaetada por el
calor,
por los
Ganímedes y Galateas
que jalonan mi
camino.
Solo lo difícil
es estimulante,
dijo Lezama
Lima,
pero una
estimulación rápida,
fácil y barata,
nos puede
complacer por momentos.
Difícil es
abordar
a solitarios
degustadores del Arte,
como la
(¿desubicada?) modelo del Thyssen,
difícil es
esperarte,
ver si puedes
otorgarme
lo que no he
querido pagar.
¡Oh, ninfas,
efebos, todo ese imaginario:
dejadme ser uno
de vosotros,
transformado en
estos tiempos oscuros,
que han olvidado
las Letras,
que se revuelven
en una compulsiva
masturbación de
cifras,
que han olvidado
a Góngora!
21-7-12
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