
(Publicado originariamente en mi otro blog allá por mayo, pero ahora recala en este espacio más apropiado. Pensé en hacer una versión mejorada pero, a fin de cuentas, mi corpus ahora mismo es reducido, y me gustaría ir dando cuerda a este blog aún con el poco material que tengo. Por cierto, ¿alguien ha escuchado el último disco de esta antes-chavala, que dicen está muy bien? ¿Será su resurrección y entonces no tendrá sentido esta elegía? Veremos...)
ELEGÍA POR BRITNEY SPEARS
¡Oops...! Ubi est Britney?
¡Oops...! Ubi est Britney?
Ídolo de agua y oro
en tardía post-adolescencia.
Nos alumbró el año en cresta
si acaso cincuenta y tantos días
excedo a tu uterina expulsión.
Te miro y creo a mis ojos
hechizados por espejo cóncavo.
Dime si te perdiste en el callejón
donde acabaron los héroes de Valle.
Tú, mi heroína caucásica,
reina de un mundo de ensueño
proclive a la lubricidad.
¡Quemaré tus posters, baby!
Si hubiera llegado a colgarlos.
Pero solo existían en mi mente
confusa y desorientada,
que se tragó tu imagen de marca.
Barbie a escala natural.
Colegiala lolitica, némesis
de toda la púber zafiedad
que en mis babeos perseguí.
Virgo inalcanzable,
remedio a mi anormalidad,
hija bastarda de Mickey Mouse,
delirio sáfico de pajilleros,
Lady Madonna de la era Bush,
dualidad modelo de pícara
y sumisa a un tiempo,
muñeca sobreexpuesta
que ha terminado estallando
como estallaría tu faldita
de teenager si la apretaras otra vez.
Insuflaste en mi ser
deseos pederásticos
que se han vuelto gerontófilos.
¿Quién es esa gorda rubia?
¿Mae West criogenizada?
No me digas que eres tú.
Quebrarás con dolo los restos
del joven iluso que fui,
los últimos años tras el velo,
mi novia ideal e inalcanzable,
ahora envejecida paridera.
¡Miss cheerleader, lea a Garcilaso!
Su tierna primavera
pasó hace tiempo, anegada
por riadas etílicas
que vaciaron su cuerpo
de cualquier esencia pasada.
No te preocupes, Britney,
ya formas parte de mi
con tu firma en mis hormonas
guardo tu imagen congelada,
ahora afronta el destino
que te depara una industria
que te vomitó y deglutio a la vez.
Putón discotequero de cierta
mediana edad, reina de locas
que nunca, como yo,
quisieron estar dentro de ti.
Britneys ha habido miles
me quedo con la que fuiste
y por fuerza no volverás a ser.
Toxicómanas ilustres hay
cuyos pasos reandar.
Nunca serás una Marilyn,
pero acaba con dignidad.
Eres puro condimento,
pero me harté de ti.
Habrá quien me insulte por ello
mas el barniz coloca.
Adiós, Britney,
no quiero volverte a ver
el pelo o la calva tanto da
reside en mi ideario hetero
con tu azúcar musical.
Nos alumbró el año en cresta
si acaso cincuenta y tantos días
excedo a tu uterina expulsión.
Te miro y creo a mis ojos
hechizados por espejo cóncavo.
Dime si te perdiste en el callejón
donde acabaron los héroes de Valle.
Tú, mi heroína caucásica,
reina de un mundo de ensueño
proclive a la lubricidad.
¡Quemaré tus posters, baby!
Si hubiera llegado a colgarlos.
Pero solo existían en mi mente
confusa y desorientada,
que se tragó tu imagen de marca.
Barbie a escala natural.
Colegiala lolitica, némesis
de toda la púber zafiedad
que en mis babeos perseguí.
Virgo inalcanzable,
remedio a mi anormalidad,
hija bastarda de Mickey Mouse,
delirio sáfico de pajilleros,
Lady Madonna de la era Bush,
dualidad modelo de pícara
y sumisa a un tiempo,
muñeca sobreexpuesta
que ha terminado estallando
como estallaría tu faldita
de teenager si la apretaras otra vez.
Insuflaste en mi ser
deseos pederásticos
que se han vuelto gerontófilos.
¿Quién es esa gorda rubia?
¿Mae West criogenizada?
No me digas que eres tú.
Quebrarás con dolo los restos
del joven iluso que fui,
los últimos años tras el velo,
mi novia ideal e inalcanzable,
ahora envejecida paridera.
¡Miss cheerleader, lea a Garcilaso!
Su tierna primavera
pasó hace tiempo, anegada
por riadas etílicas
que vaciaron su cuerpo
de cualquier esencia pasada.
No te preocupes, Britney,
ya formas parte de mi
con tu firma en mis hormonas
guardo tu imagen congelada,
ahora afronta el destino
que te depara una industria
que te vomitó y deglutio a la vez.
Putón discotequero de cierta
mediana edad, reina de locas
que nunca, como yo,
quisieron estar dentro de ti.
Britneys ha habido miles
me quedo con la que fuiste
y por fuerza no volverás a ser.
Toxicómanas ilustres hay
cuyos pasos reandar.
Nunca serás una Marilyn,
pero acaba con dignidad.
Eres puro condimento,
pero me harté de ti.
Habrá quien me insulte por ello
mas el barniz coloca.
Adiós, Britney,
no quiero volverte a ver
el pelo o la calva tanto da
reside en mi ideario hetero
con tu azúcar musical.
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