domingo, 7 de febrero de 2010

AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE, POR QUEVEDO.

Ya fue el examen de Literatura. Estoy contento con el trabajo del que os hablé, también con el otro y en general del examen; si acaso, flaqueé un poco en el comentario de texto. Ahí se jugó al despiste, con una letrilla ambigua, entre Góngora y Quevedo, yo puse el primero aunque quizá mejor hubiera sido mantener la duda, porque en realidad era del segundo. No ha salido la nota aún, pero espero que ese factor no me la haya bajado porque entonces ya no podría ni volver a pisar el parque de un poeta que tampoco me cae demasiado bien. Es misógino, xenófobo, homófobo (lo utilicé para el trabajo) y, en general, bastante conservador. Ahora bien, Quevedo también es contradictorio. Hay que reconocer que sus poemas de amor pueden ser bellísimos. Colgaré esta semana uno de sus sonetos más hermosos, y uno de los más conocidos. El título,por cierto, no es de Quevedo. En pocos días acabaré los exámenes y entonces ojalá ya pueda volver escribir mis propios poemas. No serán tan perfectos como los de estos genios barrocos, pero, seguramente, serán igualmente incomprensibles a la hora de analizar...

AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE.

Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía,
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.

FRANCISCO DE QUEVEDO

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