LA CÓLERA.
Porque el pacto fáustico puede esperar,
porque nos reímos de la muerte,
porque blasfemamos dentro de
los muros de la NeoSodoma,
porque la tierra no se abrió al
magma que hace temblar a los mortales,
porque esperé un castigo a mi felicidad,
porque noté el tiro errado,
¿dó quedó tu cólera,
oh dios iracundo?
¿Quién arrojó el rayo,
símbolo de la divinidad suprema?
¿Es Satán quien rige nuestros destinos,
quien da alas a nuestra lujuria,
y las corta a quien pretende castrarla?
¿Volveré al amparo de tus murallas,
oh dulce tierra de lotófagos,
en la que el tiempo pasa
deprisa, demasiado
deprisa…?
18/4/10
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